La programación gana popularidad todos los días: desde nuevas apps, torneos de esports y desafíos como el de Silicon Valley, no podemos imaginar nuestra vida sin ella. Pero ¿qué tanto sabes de los grandes programadores? En el blog ya hablamos de Ada Lovelace —pionera de la disciplina—, Alan Turing —creador del primer lenguaje informático— y Tim Berners-Lee —padre de la World Wide Web—. Si buscas programadores famosos en internet, te saldrán nombres como Dennis Ritchie —inventor de C— y Gennady Korotkevich —quien se alzó con el oro por seis años consecutivos en las Olimpiadas Informáticas.
Seguramente adivinaste algunos nombres, pero te aseguramos que no mencionaste al programador estrella. Bueno, más bien a los programadores, porque son una bandada muy unida. Por años, se han dedicado a escuchar a los mejores y han aprendido todos sus trucos. ¿Sabes la respuesta? ¡Exacto! Los patitos de hule. Sigue leyendo para conocer los secretos de estos expertos programadores.
Table of Contents
Tanteando las aguas
Antes de acercarnos a los patos de hule, tenemos que acercarnos al río de la programación. Tal vez no lo recuerdes, pero esta es la capacidad para comunicarse con las computadoras. Para ello, tienes que aprender su idioma, en este caso los lenguajes de programación. ¡Tú eliges cuál te acomoda más! Algunos prefieren el atemporal HTML, unos más dicen que Java es lo de hoy y el fandom de C++ es de los más unidos. Nuestra recomendación es que empieces con el que te indique tu maestra.
Ahora, saber un lenguaje de programación no quiere decir que sepas programar. Para ello, tienes que saber escribir un código, básicamente una serie de instrucciones que le das a la computadora para que ejecute determinadas acciones. Al principio, tus códigos serán de varias líneas, pero conforme aprendas más conceptos de programación —como bucles y condicionales— serán más concisos. Sin embargo, ¿qué pasa cuando tu código no se ejecuta correctamente?
Exacto, es el momento de depurarlo. No te preocupes, incluso los programadores más reconocidos te dirán que es inevitable regresar a un código para corregirlo y en el proceso aprendes mucho más. Pero llevas horas leyendo en tu mente línea tras línea del código y te parece que no hay ningún error. ¿Qué hacer? Es momento de llamar a un simpático amigo.
¡Al código, patos!
El patito de hule está aquí para salvar el día. De hecho, sus habilidades para depurar códigos son tan conocidas que en su honor los programadores acuñaron el término del método de depuración del patito de goma. Pero ¿qué necesitas para realizarlo? Un código que no se ejecute correctamente y un patito de hule: ¡revisa en el supermercado y en internet varios diseños! Escoge uno que te agrade, pues será tu compañero de aventuras. Incluso, puedes ponerle un nombre.
Ahora que ya tienes los elementos, te contamos los pasos del método más tierno del mundo de la programación:
- Abre el código con errores en tu computadora. Coloca el patito de hule en diagonal: con un ojo en ti y otro en la pantalla.
- Lee en voz alta línea por línea el código a tu amigo y explícale por qué elegiste ciertas funciones, variables, condicionales y bucles. El patito te escuchará atentamente.
- Continúa hasta que leas en voz alta el error. ¡No te preocupes! La sonrisa en la cara del patito es la confirmación de que le encantó trabajar contigo y quiere seguir aprendiendo a programar.
- Repite el proceso en otros códigos que no funcionen a la primera.
Más que un cuack, ¿por qué funciona?
Al repasar un código en nuestra mente en más de una ocasión, nuestro cerebro tiende a dar cosas por sentadas. Incluso cuando crees que estás más concentrado, sigues obviando información. Al leer tu código al patito de hule, no estás repitiendo, sino reanalizando un código frente a un compañero que tiene la mejor actitud para escucharte y no te interrumpe.
Por cierto, los primeros en descubrir que los patitos de hule son grandes programadores fueron Andrew Hunt y David Thomas, autores de The Pragmatic Programmer, uno de los libros fundamentales para los que quieren iniciarse en el mundo de la programación. El texto tiene otros trucos para aprender a programar, pero el más popular fue el método de depuración del patito de hule: ¡cautivó al mundo con su sonrisa! Sin embargo, al ser un libro viejo —se publicó en 1999— y que no fue traducido al español, aprender programación con él puede ser complicado. ¿Existirá otra forma de que te conviertas en el siguiente gran programador?
¡Únete a nuestra bandada!
¡Sí! El desarrollo tecnológico promovió las clases en línea de Programación. Aprender a programar no tiene que ser algo solitario. Miles de niños alrededor del mundo toman clases en grupos de seis y una maestra guía su proceso de aprendizaje. Además, si no tienes un patito no te preocupes: siempre puedes confiar en un compañero para que escuche tu código. Y cuando te toque escuchar el código de alguien más, no olvides lo que nos enseñó el patito de hule: hazlo con disposición, sin interrumpir y con una sonrisa en el rostro.
Si quieres aprender programación, te tenemos una propuesta. Inscríbete hoy a una clase prueba en BYJU’S FutureSchool, el lugar en el que aprendes y te diviertes. ¡No olvides traer a tu patito de hule a las clases!
Redacción: Gilberto Cornejo