Las expresiones artísticas, como la literatura y el cine, nos permiten explorar otros mundos. Aquellos productos de la imaginación de grandes pensadores nos presentan realidades alternas y nos ponen a reflexionar sobre nuestro pasado, presente y futuro. Y no es sorprendente que actúen como fuente de inspiración para materializar los sueños de algunos creadores, por ejemplo, las videollamadas propuestas en 2001: Odisea espacial que ahora usamos como Facetime o Zoom. Es más, tú de primera mano conoces la diversión de navegar por mundos ficticios gracias a los videojuegos.
Es increíble fantasear sobre tu clóset como un portal a Narnia, viajar al futuro con un Delorean o vivir tu mejor vida en Second Life, pero ¿te has preguntado si estas herramientas tecnológicas pueden abrir otros portales más allá del entretenimiento? Necesitarás tu salvavidas para navegar en este artículo hacia uno de los países que busca mudarse al metaverso.
Tuvalu, ¿la Atlántida de nuestros tiempos?
En algún punto diseñarás tu plan de vida y quizás no te preocuparás por pensar en dónde vivir, incluso un cambio de aires sea una opción para ti: sin embargo, para los tuvaluanos no les queda mucho de dónde escoger y su tiempo está contado.
Tuvalu es el cuarto país más pequeño del mundo, asentado en cuatro arrecifes de coral y cinco atolones, hogar de 12,000 personas. Por desgracia, la nación es víctima del mismo destino de la mítica isla Atlántida: tragada por el agua. El nivel del mar sube desde hace años a causa del calentamiento global y compromete la existencia del territorio: un precio muy alto que amenaza con llevarse todo con la marea. A este paso, los niños no vivirán su futuro en la tierra que los vio crecer a causa de la inminente reubicación para su supervivencia.
Ante situaciones desesperadas, medidas desesperadas, como la que propuso el ministro de Justicia, Comunicaciones y Relaciones Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe —con el agua a las rodillas— en su anuncio dirigido a los líderes de la COP26 del año pasado.
Pequeño país, gran impacto ambiental: los cimientos tecnológicos
El paraíso tuvaluano se prepara ante la posible fuerte ola que podría sumergir su territorio pidiendo rescate a la tecnología. ¿Cuál es la medida drástica en el peor de los casos para Tuvalu? La respuesta es la mudanza como la primera nación digitalizada en el metaverso. El objetivo principal es la preservación cultural alojada en la nube, sea cual sea su destino en el plano físico.
Muchos creerían que los mundos digitales solo eran cosa de videojuegos, pero ejemplos como Seúl y Barbados entrando al metaverso para prestar servicios administrativos y públicos o Suiza con su embajada virtual en Second Life exploran alternativas de interacción entre sus nativos en el ciberespacio.
Sin duda, los avances tecnológicos nos facilitan la vida diaria, pero ¿en qué medida podrían salvar a un país entero de desaparecer del mapa? La transición de Tuvalu al plano virtual se podría construir gracias a estos cimientos tecnológicos.
Realidad virtual: Es una simulación en 3D de un ambiente con el que se puede interactuar mediante una consola y gafas de RV. Tal vez estás familiarizado con ello gracias a los videojuegos, aunque su aplicación también es útil en la medicina, la exploración espacial y otras áreas. Lo que hace la RV es brindar una experiencia interactiva tal como si vivieras en ese mundo. Así se entrenan algunos médicos para una cirugía o los astronautas antes de emprender una misión.
Realidad aumentada: Si juegas Pokémon Go, conoces la gran experiencia que te da la RA. A veces se confunde con la anterior, pero esta tecnología da más información digital a los elementos físicos de un entorno que se captan por un dispositivo móvil. Por ejemplo, la app para celular Lumin, creada por el Instituto de Artes de Detroit y GuidiGo, funciona como tu guía personal ofreciendo información adicional sobre las piezas en exhibición.
Gemelo digital: Se trata de la versión digital de un objeto, sistema o proceso del mundo físico en su estado actual, con datos en tiempo real, para fines prácticos que ayudan en la toma de decisiones. Un ejemplo sería la predicción de un incendio forestal representado en un gemelo digital, donde las agencias gubernamentales pueden anticipar el comportamiento del fuego según los datos obtenidos en esa representación y así tomar medidas adecuadas, en la vida real, para la correspondiente evacuación.
Nube: Sabemos que haces muchas tareas y que están en tu Drive, cuyo servicio se refiere a un espacio en internet destinado para almacenamiento de archivos disponibles desde cualquier dispositivo en el mundo. Además de tener tus tareas organizadas en carpetas, puedes subir tus fotos, videos, música y documentos sin necesidad de comprar un disco duro externo o memorias USB.
Metaverso: Quizás este término resalta por su relación con Facebook, pero en realidad viene de más atrás. «Metaverso» fue acuñado por el escritor Neal Stephenson en su novela de ciencia ficción Snow Crash de 1992. La connotación actual alude a una red interactiva indistinguible entre el mundo real y virtual. Míralo como si el metaverso fuese una extensión de la vida cotidiana, donde se pretende unir más a la gente por medios digitales.
La tecnología al rescate del futuro
La idea de Tuvalu como un país digital en el metaverso no es una resolución, sino un llamado de atención ante las consecuencias del calentamiento global. Tampoco se trata de algo como un viaje a Marte por capricho, sino un intento por rescatar el patrimonio que podría quedar arrastrado por las aguas del fenómeno de la contaminación.
Si bien la tecnología hace mucho por mejorar nuestras vidas, pensemos en lo que puede representar para otros. A pesar de los retos a enfrentar en el camino, no hay que perder de vista el valor cultural que el metaverso brindaría como museo virtual y comunidad digital para los tuvaluanos. En términos de mudanzas, el metaverso es como la caja de cartón que guardaría mucho más que recuerdos, también las vidas de los 12,000 corazones que hacen latir a Tuvalu.
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Redacción: Evelyn Meza