Oh, no… llegó la hora que más temes del día. No hay manera de retrasar ni adelantar el reloj, no hay salida.. .así que te diriges a tu mesabanco sudando de nervios: hora de Matemáticas. Quizás al terminar la sesión, te reúnes con tus compañeros y exclamas: “¡Las odio!”. ¿Este escenario te es familiar? No estás solo/a en esto, es común que los alumnos se asusten por esa materia, causa por la que quieren evitar a toda costa decir “presente” cuando pasan lista.
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El miedo paraliza y la mejor manera de superarlo es llegando al fondo del asunto con el top de razones por las que te asustan las matemáticas. Y un spoiler alert shakesperiano: “Se puede hacer mucho con el odio, pero más aún con el amor”.
- El método de enseñanza: Sin duda, hay excelentes escuelas con maestras increíbles que imparten planes de estudio muy buenos. No obstante, estos planes no son exitosos sin un método de enseñanza personalizado para cada alumno. Tal vez una razón por la que no te gustan las matemáticas es porque la manera en que te han enseñado no ha sido adaptada a tus necesidades. Las técnicas correctas ayudan a desarrollar un vínculo y mejorar tu percepción con respecto a lo que estás aprendiendo.
- La actitud del docente: Los maestros son nuestros héroes, pues asumen la responsabilidad de enseñar sus conocimientos de una materia a un alumno o a muchos. Además, tienen una carga extra al dejar que los alumnos asocien la materia con la actitud que manifiesta frente a la clase. En el caso de los docentes que presentan una actitud de un ritmo acelerado, poco empática o reservada, influye sobre la comprensión de sus alumnos sobre las matemáticas; la actitud ante todo.
- Básicos solo en el clóset: “Detesto el libro de texto” es una de las quejas más sonadas entre quienes tienen dificultades con la materia. Es probable que esto sea causado por el hecho de que los alumnos no tienen una comprensión de los principios matemáticos y se quedan atrás. Aunque el plan de estudios está diseñado para la mejora continua, quizás haya que retomar esos conceptos básicos y no compararse con el progreso de otros. Recuerda que todos aprendemos a nuestro ritmo y tener una base sólida matemática es clave para avanzar con los conceptos más complejos.
- Memoria llena: El aprendizaje memorístico no es recomendado en la mayoría de los casos. Sin embargo, en las matemáticas sí hay que memorizar fórmulas, ecuaciones y algunas técnicas para determinar cuán rápido y eficientemente se resuelve un problema. Y para muchos niños, la memorización es un proceso que lleva más tiempo de abordar, incluso hay quienes emplean técnicas que facilitan esta tarea. Con un poco de ayuda, los alumnos pueden tener la motivación para aprender esos básicos de manera fácil y con eso reducir su ansiedad por las matemáticas.
- Falta contexto: En un grupo de 30 alumnos, descubrirás que cada quien aprende a su manera y tienen preferencias distintas sobre los estilos de enseñanza. Algunos prefieren un enfoque más directo para sentirse productivos y otros necesitan mayor motivación para poner atención; algunos son más visuales y otros más pragmáticos. Pero a muchos les agrada la técnica de la asociación para aprender conceptos nuevos y entender el porqué hay que aprenderlos. Si tus padres y maestros se aseguran de contextualizar las aplicaciones de la vida real con conceptos matemáticos, hay una buena probabilidad de que aprendas fácilmente con un toque de diversión.
- Miedo a las críticas: La crítica hace al maestro, pues esta nos brinda una idea de la percepción de un tercero con respecto a un tema. Recuerda que la crítica constructiva es un tipo de retroalimentación que nos ayuda a mejorar. A veces como alumno buscas la validación entre tus compañeros y asocias las críticas como un aspecto negativo que impacta en tu autoestima: claro, los comentarios negativos duelen. Si te equivocas y temes una lluvia de críticas, en lugar de darle la vuelta a la página, recurre a alguien que te brinde comentarios positivos y úsalos como guía. De los errores se aprende y con paciencia, práctica y guía, ¡serás un/a máster!
- Influencia de los haters matemáticos: No dejes que la impresión ajena nuble la tuya, ahora con las redes sociales donde “influenciar” es una profesión, a veces nos dejamos llevar por lo que otras personas o memes dicen de las matemáticas: “son aburridas, difíciles, algo para los nerds”. El poder del convencimiento que tienen terceras personas pueden causar una mala impresión que permanece. Si a ti te gusta una materia, ¡es lo que cuenta! Descubre tu potencial sin importar lo que digan los demás.
- Temor constante al fracaso: Ya mencionamos que de los errores se aprende: a veces se gana y a veces se pierde, pero ambos escenarios ayudan a construirte. Es entendible que sientas ansiedad cuando tienes que pasar al pizarrón a resolver una ecuación y temes equivocarte, pero quien no arriesga no gana. Existe una tendencia de compararte con otros, pero eso hace que te bloquees sin siquiera animarte a dar un paso más en tu proceso de aprendizaje. Trata de enfocarte en tu carril, celebra tus errores y aprende de ellos. No dejes que un pequeño error detenga tus ganas de aprender, ¡sabemos que lo estás haciendo muy bien!
- Plan incorrecto para el nivel/edad: Cada quien lleva su aprendizaje a su propio paso. Aunque es común que los padres piensen que exponer a sus hijos en un ambiente que choca con las habilidades que tienen es sinónimo de acoplarse a los resultados de los demás en algún punto. La realidad es que hay una diferencia enorme entre el desafío y el desastre. Asegúrate de trabajar con lo que tienes y poco a poco reforzar tu aprendizaje según tu edad y habilidades. Si estás aprendiendo a contar, no hay que suponer que estás preparado/a para resolver ecuaciones de tercer grado.
- Tantos métodos para cálculos simples: Por ahí dicen que “todos los caminos te llevan a Roma” y es cierto: hay muchas maneras para lograr el mismo objetivo. Es importante explorar alternativas si te sientes confundido/a en una sola vía, a veces lo que nos causa aversión a las matemáticas es el camino. Hay que escalar entre lo simple a lo complicado y verás que cada examen que tomas será pan comido porque ya habrás dominado maneras simples de resolver lo complejo.
Vencer tu mayor miedo es el inicio de tu amor por las matemáticas y entender ese miedo es la clave para tratarlo, pues todo tiene una razón de ser. No te desanimes si no eres un Newton, hasta los grandes matemáticos tuvieron sus inicios así como tú. Este top 10 es solo una reflexión sobre las posibles causas por las que te asustan las matemáticas, pero toma en cuenta que son tus amigas pues siempre estarán a donde quiera que vayas.
Si quieres seguir leyendo sobre cómo las matemáticas son nuestras compañeras de vida, te invitamos al blog. También te invitamos a una clase prueba en BYJU’S Learning si estás listo/a para superar tu ansiedad matemática, donde puedes emprender tu viaje de aprendizaje con maestras expertas en la materia y lograr cosas increíbles. Y pensar que solo son números… ¡diviértete calculando!
Traducción: Evelyn Meza